Defensor del Menor de Andalucía. Informe Anual 2011
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A primera vista, la causa de dicha paradoja parecía estar en la planificación, ya
que no podía explicarse de otro modo el que en determinadas zonas se presentaran
enormes dificultades para obtener una plaza mientras que en otras quedaran
vacantes en un número que de ubicarse correctamente podrían paliar, al menos en
parte, el desfase existente entre la oferta y la demanda de estos puestos escolares.
No obstante, y dado que la noticia no contenía ni aportaba datos suficientes
como para poder valorar adecuadamente lo que parecía haber sido un evidente error
en el reparto “geográfico” de las nuevas plazas ofertadas, consideramos oportuno
solicitar de la Delegación Provincial de Educación de Sevilla que nos facilitaran los
siguientes datos:
§
Número total de plazas ofertadas para el curso 2010-2011.
§
Número de plazas ofertadas por zonas de escolarización en Sevilla y su provincia,
señalando cuantas de ellas son de nueva creación.
§
Número de plazas demandadas por zonas de escolarización en el mismo ámbito
territorial señalado.
§
Número de vacantes existentes en cada una de las zonas señaladas.
Así mismo, solicitamos que se nos indicaran qué criterios habían seguido para llevar
a cabo la planificación para crear las nuevas plazas, tanto en relación a su número
como a la zona en las que se habían ubicado, así como si se había adoptado alguna
medida para corregir la, al menos en apariencia, la deficiente planificación realizada.
Finalmente, y tras varias meses de espera y reiteraciones, lo que ha prolongado
la tramitación del expediente más allá de lo que hubiera sido deseable y necesario,
recibimos el informe que habíamos solicitado, y lo que en primer lugar comprobamos
fue que, efectivamente, de 2.567 plazas nuevas que se crearon para el curso 2010-
2011, 932 de ellas se quedaron sin cubrir, es decir, más de un tercio de las mismas,
y no, precisamente, porque no hubiera existido demanda, que fue de 22.062 plazas
frente a las 20.050 que se ofertaron.
Evidentemente, el dato de que 2.012 niños y niñas de entre 0 y 3 años de edad
se quedaban sin una plaza, no casaba con el dato de que fueran 932 las plazas que
se quedaban vacantes, es decir, sin cubrir.
Sin ánimos de realizar afirmaciones rotundas, ello parecía obedecer, en principio,
a que desde el organismo al que le corresponde realizar la planificación, no se había
valorado adecuadamente las necesidades existentes en función de las distintas
áreas geográficas, resultando que en pequeñas poblaciones con escasa demanda
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