Defensor del Menor de Andalucía. Informe Anual 2011
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En consecuencia, debemos concluir llamando la atención una vez más sobre
esta realidad que, desgraciadamente, continua estando presente en la sociedad
andaluza, y es causa de frustración en las propias personas interesadas que acuden
a la Institución en busca de solución y de la propia Oficina que contempla, queja
tras queja, que no conseguimos arbitrar soluciones de respuesta a las necesidades,
en este ámbito, de la población infantil.
A continuación, incluimos algunos resúmenes de hechos de quejas que no
obtuvieron una respuesta favorable, tras la oportuna tramitación por nuestra parte
ante los poderes públicos que ponen en marcha y gestionan las políticas de vivienda.
Ello como botón de muestra de situaciones socialmente insostenibles que forman
parte de nuestra realidad de cada día.
La compareciente de la
queja 11/1013
nos exponía la difícil situación por
la que atravesaba, ya que convivía con su pareja y su hijo menor de edad en
casa de sus padres, teniendo algunos problemas de convivencia que provocaban
un ambiente poco adecuado para la crianza de un hijo. Nos decía que su padre
era alcohólico y que, por este motivo, provocaba ciertos escándalos. Manifestaba,
además, que llevaba varios años solicitando la adjudicación de una vivienda
protegida en la localidad, sin éxito hasta el momento, llegando incluso a poner
en conocimiento de la Concejalía correspondiente la existencia de una vivienda
municipal que estaba desocupada, respondiéndosele que era por causa de su
deficiente estado de conservación.
En la
queja 11/1032
la compareciente nos decía que llevaba desde el año 2009
solicitando la adjudicación de una vivienda protegida en EPSA, presentando diversos
escritos desde entonces nunca respondidos, ya que actualmente convivía con su
pareja y su hijo menor de edad, en el piso de sus padres, de solo dos habitaciones,
con otros tres hermanos más, siendo ocho en total para tan poco espacio. Ello
originaba, constantemente, graves problemas de convivencia y aseguraba que se
verían agravados ya que en los próximos meses nacería su segundo hijo.
La interesada de la
queja 11/1124
nos daba cuenta de la difícil situación por
la que atravesaba su unidad familiar, compuesta por ella, su marido y seis hijos
menores de edad, pues todos ellos habitaban una vivienda de sólo dos dormitorios
pequeños que, al parecer, no guardaba las mínimas condiciones de habitabilidad
y salubridad, hasta el extremo de que sufrían parásitos y otros problemas como
humedad que afectaban a la salud de los menores. Todos sus hijos, nos decía,
dormían en la misma habitación, en la que había tres camas literas, durmiendo dos
en cada una de ellas. Aseguraba que los Servicios Sociales tenían constancia de su
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