5. Cuestiones relevantes
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a necesidades tan básicas como el suministro de electricidad. Se trataba de la queja
de una familia a la que se había cortado el suministro eléctrico por falta de pago
dándose la circunstancia de que uno de los hijos, de 3 años de edad, se encontraba
afectado por una cardiopatía congénita que le obligaba a permanecer conectado a
una “máquina” para cuyo funcionamiento precisaba inevitablemente su conexión a
la red eléctrica. Tras nuestra intervención ante los Servicios Sociales comunitarios se
le ofertó a la familia una ayuda económica para solventar puntualmente el problema.
Por otro lado, las llamadas que recibimos en el Servicio del Teléfono del Menor
reflejan los nefastos efectos colaterales que la crisis económica está provocando en
la convivencia de los miembros de las unidades familiares. Nos estamos refiriendo
al aumento del maltrato y la violencia intrafamiliar.
Como se recordará, esta Institución desde hace años viene mostrando una
especial sensibilidad y preocupación por la violencia en el ámbito familiar, y más
concretamente ha dado la voz de alarma sobre el maltrato de los hijos hacia los
padres. En los diversos estudios realizados en este ámbito, hemos diferenciado tres
tipos básicos de hijos maltratadores: Aquellos menores que han caído en algún tipo
de adicción -drogas, alcohol, juegos- que les merma la voluntad y la conciencia y
les obliga a centrar su existencia en la búsqueda por cualquier medio de recursos
para satisfacer su adicción; aquellos menores que padecen algún tipo de trastorno
de conducta que les lleva a presentar un comportamiento disruptivo y asocial; y
aquellos otros menores que, como consecuencia de una educación excesivamente
permisiva o tolerante, tienen dificultades para aceptar las reglas sociales y muestran
una total falta de principios y valores morales.
Pues bien, a los anteriores grupos hay que unir una nueva tipología constituidas
por menores que no aceptan las limitaciones o reducciones de bienes materiales y
de servicios impuestas por las familias. En épocas anteriores, estos niños y jóvenes
estaban acostumbrados a una serie de comodidades y a un nivel de vida que
han debido ser reducidos drásticamente por la merma de los ingresos familiares.
Pero ocurre que estas restricciones no siempre son bien aceptadas, y son fuentes
de importantes conflictos familiares que, en ocasiones, llegan a desembocar en
agresiones hacia los progenitores. Unos padres que castigados por la coyuntura
económica se encuentran en la encrucijada de hacer frente a otro nuevo problema
familiar, sintiéndose desbordados e incapaces de afrontar esta nueva dura realidad
cual es que sus hijos los maltraten.
Del mismo modo, las denuncias que recibimos en el mencionado Servicio del
Teléfono del Menor ponen de manifiesto, en comparación con ejercicios anteriores,
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