El Consejo de Menores del Defensor del Menor de Andalucía (e-Foro menores) ha trabajado durante todo este año su participación en el V Encuentro estatal de Consejo de la Infancia que se celebra en Oviedo del 25 al 27 de mayo.
El hilo conductor de este Quinto Encuentro es la construcción del puzle de nuestros derechos, con diferentes piezas formadas a partir de las temáticas de trabajo propuestas y siguiendo la herramienta de origami (papiroflexia) a través de la figura de conejos de papel.
De esta manera se ha dividido el proceso en 3 bloques, que a su vez se asocian con un principio fundamental de la Convención sobre los Derechos del Niño, y que se corresponden a una parte de un conejito (cabeza, tronco y extremidades).
La cabeza es la temática de la educación, igualdad de género, protección; el tronco, redes sociales (ciberbullying) e identidades y diversidad; y las extremidades, el cambio climático y modelo de cuidados.
Cada consejo de menores ha trabajado 2 de las 3 partes del conejo. Nosotros, como consejo de menores del Defensor elegimos las temáticas de igualdad de género e identidades y diversidad que se corresponden con la cabeza y el tronco respectivamente del conejito.
Para trabajar ambos derechos nos hemos informado y puesto en común dicha información, hemos elaborado nuevos productos (vídeos, relato, preguntas) para favorecer la reflexión cuando tengamos el encuentro en mayo y hemos concluido con unas propuestas para debatir con el resto de consejos de menores.
Han sido 4 meses de intenso trabajo muy creativo y participado, de video reuniones, de aprendizaje y de comparitr experiencias, de conocer personas que están trabajando en estos derechos, etc. El resultado es el que contamos a continuación.
Actividades para presentar en el encuentro: un relato corto "TODOS POR EL CAMBIO". Una vez que hemos hemos leido, reflexionado y conocido sobre el tema del LGTBI+, hemos creado un relato corto, que de alguna forma recoja alguno de los aspectos de estos colectivos
TODOS POR EL CAMBIO
Laura tiene 16 años practica natación y le encanta la playa. Vive en un pueblo pequeño de la costa de Huelva, Villa-Marina.
Desde que era muy pequeña no se sentía identificada con los roles femeninos. A los 14 años se dio cuenta que quería ser un niño, se sentía más cómoda en los vestuarios de los chicos, con la apariencia que se le atribuye a los chicos, los roles de los chicos y decidió contárse lo a sus padres.
Sus padres se sorprendieron y lo vieron como una desgracia que había llegado a su familia, el padre incluso llegó a expresar que ya eran una familia fracasada. A la madre le preocupaba mucho qué dirían su entorno, sus vecinos, amigos y le preocupaba lo que iban a sufrir sus abuelos.
Laura estaba cada vez más infeliz y confundida, pensaba que nadie la quería que estaba haciendo algo malo, porque para ella la aceptación de sus padres era fundamental. Sin embargo algo más fuerte la empujaba a ser cada vez más coherente con su sentir.
Un día en una fiesta, ella iba totalmente vestida como visten los niños y usando los mismos modales que ellos, estaba en un rincón, porque sus amigas la veían como bicho raro y sus amigos no la aceptaban como a un igual.
En un momento se les acercó un grupo buscando pelea y provocándola, con insultos como, “venga machote, demuestra tu humbría y vente fuera a partirnos la cara”. Ella se asustó pero ante varios empujones intentó defenderse por lo que le dieron una paliza.
Hubo que llevarla a urgencias con moratones por todos lados, la nariz sangrando y el dedo meñique del pie derecho roto de una de las patadas. Eso hizo que sus amistades reaccionaran, enfrentándose a los peleones, y ayudándola llamando a una ambulancia y a sus padres.
Este incidente hizo reaccionar a los padres de forma que hicieron un esfuerzo por aceptar lo que no entendían y comenzaron a informarse y a tomar conciencia para entender.
Desde entonces, los padres han estado ahorrando, para ayudarle en lo que fuera necesario.
Sus padres vieron la necesidad de que Laura fuera a un psicólogo, pero no solo Laura sino toda la familia, para que les ayudasen a descubrir este mundo tan desconocido para ellos y a encajar todas las piezas.
Pero debido a su crítica situación económica las visitas al psicólogo se hacían insostenibles.
Sus amistades tras ver la situación de Laura, han estado haciendo todo lo posible por ayudarla.
Leonor , la madre de Pablo, uno de los amigo de Laura, es concejala del ayuntamiento del pueblo. Él le habló sobre el caso de Laura y planteó en un pleno esta situación para ver cómo se le podía ayudar a esta familia, pues además del psicólogo necesitarían dinero para los distintos tratamientos que iba a necesitar la niña para su transformación física.
Villa-Marina es un pueblo pequeño por lo que en el pleno decidieron hacer una pequeña donación a la familia para ayudar a los gastos extras que estaban teniendo, esta donación aunque insuficiente sí fue importante.
Tanto la ayuda municipal como la movilización de los vecinos fue fundamental para el buen desarrollo de Laura que pasó a ser Javi.
Y los habitantes del pueblo salieron fortalecidos por esta causa, pues desarrollaron su capacidad de tolerancia con lo nuevo, minoritario y diferente respecto a la mayoría aceptada.
Ahora Javi es un joven valiente y feliz.
FIN
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