Queja número 24/3122
La presente queja fue tramitada por esta Defensoría de la Infancia y la Adolescencia de Andalucía, y Defensor del Pueblo Andaluz, en relación con las situaciones disruptivas y comportamientos de fuerza por parte de una alumna de un centro de educación infantil y primaria (CEIP) en un municipio de la provincia de Málaga.
Las actuaciones emprendidas se dirigieron a requerir información ante los servicios de la Delegación Territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional en Málaga, que ha remitido un detallado informe con fecha 17 de julio de 2024.
“En esta unidad se encuentran escolarizados 22 alumnos. La alumna dispone de un Informe de evaluación psicopedagógica y un Dictamen de Escolarización con fecha 14/12/2023 alojado en el sistema de información Séneca en el que se determina que presenta necesidades educativas especiales asociadas a retraso evolutivo grave o profundo. Su desarrollo comunicativo y lingüístico se caracteriza, entre otras cosas, por no tener lenguaje gestual, presentar un discurso ininteligible, no decir ninguna palabra, y emitir sólo sonidos. Dichos sonidos y gritos se manifiestan más acentuadamente en momentos de frustración y enfado, además de las conductas de escape del aula.
Solicitado el correspondiente informe sobre el comportamiento de la menor a la tutora, ésta manifiesta que: “Hay momentos en los que está muy enfadada y se tira al suelo, dando patadas de rabia, sin la intención de dañar a nadie, pero sí es verdad que, si se le acerca alguien, al no controlar esos golpes, puede hacerles daño”. “Al finalizar el curso parece que ha bajado un poco la frecuencia de los berrinches, además de dejar de autolesionarse”.
Respecto a la manifestación de las familias contenida en el escrito dirigido al Defensor del Pueblo Andaluz que “la alumna casi se ahorca con una sombrilla” la tutora ha informado de que, en uno de los recreos, la alumna cogió las cuerdas de uno de los toldos del patio, pero la rápida intervención de la maestra de guardia evitó cualquier peligro para la alumna y el resto de compañeros. Cabe mencionar que la alumna siempre está vigilada y con atención individualizada.
A lo largo del curso, algunas familias de alumnado escolarizado en el aula han manifestado su preocupación ante la tutora y ante el equipo directivo por el bienestar de sus hijos/as, así como el de la alumna, como manifiestan en el escrito dirigido a ese organismo.
Al respecto, esta Delegación Territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación en Málaga, quiere resaltar que la alumna está recibiendo los recursos y apoyos específicos que están consignados en su Dictamen de Escolarización:
Medidas específicas de carácter educativo:
- Programa de refuerzo del aprendizaje para ANEAE.
- Programa Especifico (PE)
Medidas especificas de carácter asistencial:
-Asistencia en el control de esfínteres
- Asistencia en la higiene y aseo personal
- Supervisión especializada.
Profesorado especialista:
- Profesorado especialista en Pedagogía Terapéutica (PT)
- Profesorado especialista en Audición y Lenguaje (AL)
Personal no docente:
- Profesorado técnico en integración social ( PTIS).
Es necesario destacar que a nivel de centro ha habido una reestructuración de los recursos disponibles, de manera que su tutora ha recibido diariamente apoyo de distintos profesionales, incluyendo personal de educación infantil y primaria, así como especialistas en Audición y Lenguaje (AL), Pedagogía Terapéutica (PT) , PTIS y asistente sombra.
Podemos concluir que la alumna está recibiendo una atención educativa idónea y en el marco de la normativa reguladora de atención a la diversidad en la etapa de educación infantil y en el marco de los principios de inclusión, equidad y normalización, sujeta a una supervisión constante y, que en todo momento, esta garantizada la integridad y seguridad de todo el alumnado".
En atención al informe recibido desde los servicios educativos, podemos considerar que la situación planteada inicialmente ha sido sometida a estudio y consideración, y finalmente ha confirmado una situación de tensión en el aula específica que ha necesitado de un abordaje de las posibles medidas correctivas.
Por tanto, y a tenor siempre del criterio profesional y técnico de los servicios especializados del CEIP, de la Inspección y la propia Delegación, podemos considerar que la situación expresada en la queja ha quedado ratificada toda vez que se confirman determinados incidentes en el aula que reflejan los retos de comportamiento que presenta una alumna.
Efectivamente, el caso ha generado una comprensible preocupación por el colectivo de familiares del alumnado que está escolarizado en la misma aula específica y que demandan una respuesta acorde a la situación creada. Más allá de las valoraciones sobre el grado de preocupación generado —que admite variadas intensidades— pretendemos incidir en el aspecto más destacable e indiscutible de la situación y es la necesaria adopción de medidas de refuerzo de profesionales específicamente orientados a la atención de estos menores en sus desempeños habituales en el aula.
En concreto, el Centro identifica las dotaciones de profesionales que intervienen en el caso y avanza en la necesidad de extremar las medida de atención y seguimiento del caso. Estas medidas de apoyo han sido divulgadas entre las familias y se trata de confirmar que su aplicación haya supuesto un proceso de normalización ante la conclusión del curso.
Tras este análisis solicitado de la situación recogemos la posición básica de la Delegación cuando manifiesta que: “Podemos concluir que la alumna está recibiendo una atención educativa idónea y en el marco de la normativa reguladora de atención a la diversidad”.
Por tanto ―sin llegar a formalizar esta posición como Resolución de la Defensoría de la Infancia y la Adolescencia de Andalucía― nos posicionamos por instar la máxima agilidad en la valoración de las medidas acordadas y en promover la incorporación de todas las nuevas decisiones que se definan para el próximo curso.
Del mismo modo, es importante resaltar la necesaria información y participación hacia las familias del alumnado más afectado, como paso necesario para afrontar en sus debidos términos estos incidentes trabando la colaboración de la comunidad educativa a partir de la visibilización de medidas efectivas y comprometidas de respuesta desde los responsables educativos.
A la vista de lo actuado y de la propuesta de perseverar en la atención de la alumna en el centro, podemos anticipar una reacción que, una vez adoptada de manera efectiva para el próximo curso, permitirá su evaluación y comprobar los efectos correctivos que se persiguen.
Procedemos pues a concluir nuestras actuaciones, confiando en que resulten útiles las medidas anunciadas para el siguiente curso evitando los supuestos que se han analizado. En todo caso, permanecemos dispuestos a desplegar las actuaciones de seguimiento que resulten necesarias.
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