Queja número 14/1050
La Administración informa que estos hechos han sido objeto de investigación por la Inspección educativa, sin que de la misma se haya podido verificar la conexión necesaria entre la presunta negligencia en la vigilancia del menor durante el recreo y la posterior evolución en su estado de salud.
No obstante, hemos de resaltar que las circunstancias del menor requieren inexcusablemente una especial diligencia en su atención educativa y la adopción de todas aquellas medidas que contribuyan a atenuar los riesgos que la presencia del niño en el colegio pueda acarrear.
En este ámbito, la colaboración entre la familia y el centro es relevante. Sobre esta base, nos dirigimos a la Administración, a fin de que se mantenga un especial celo en el control de las instrucciones otorgadas a la dirección del colegio sobre las medidas y cuidados posibles para minimizar los riesgos de salud del niño durante el periodo de tiempo de permanencia y actividades escolares; y además, le recordamos la conveniencia de que estas medidas se adopten, conforme a las argumentaciones señaladas, con la colaboración de la familia.
Los interesados expresan que su hijo se encuentra afectado por una enfermedad severa del aparato urogenital, motivo por el cual precisa de los cuidados constantes de una persona, y estos en el centro escolar son proporcionados por una monitora.
Señalaban que tras la última intervención quirúrgica a la que fue sometido el menor se ha producido un agravamiento de su enfermedad relacionada, a su juicio, con su incorporación al centro educativo.
Relatan que durante el mes de Diciembre y Enero en casa sin apreciarse agravamiento de sus complicaciones, fue retomando la normalidad en su vida con las debidas precauciones. Le comunican a la monitora con antelación para que pueda organizar su horario, ella o la persona responsable a tal efecto, sin que se vea con cambios imprevistos, que con toda probabilidad y dada la estabilidad de la evolución, el menor se incorporaría al centro durante todo el horario escolar tras la revisión médica, puesto que su patología y todo lo que estaba conllevando tenía importante repercusiones psicológicas para él y que los médicos insistían en que tan importante como su salud física era su salud psicológica.
Tras la revisión médica contactan con la monitora para explicarle que el menor, ya puede incorporarse. Y que es de suma importancia que normalice su vida escolar. Se le explica muy detalladamente los cuidados que requiere que no sufra golpes, esfuerzos, ejercicios excesivos y que si hubiese un golpe o caída de manera accidental nos lo hiciera saber para poder tomar las medidas adecuadas y evitar complicaciones que serían graves en estos momentos. La monitora explica que ella no va a permanecer dentro del recinto de recreo infantil al cuidado de nuestro hijo porque a esa hora debe permanecer de la mano con un alumno que no pertenece al ciclo infantil en el recreo de primaria.
El primer día que el menor se incorpora al centro, en la hora del recreo, los interesados llaman a la monitora para saber como va el niño en su primer día y si hay alguna incidencia pero les comunica que ella no está ya en ese momento en el patio del colegio porque debe estar dentro del centro acompañando a otro alumnos.
Mas tarde llama la monitora para comunicarles que el menor se encontraba mal. Al parecer tras esfuerzo contraproducente al jugar con un neumático.
El menor fue empeorando su salud estando en grave riesgo y exigiendo vigilancia, medicación e incluso intervención quirúrgica de emergencia.
Según los interesados se trata de una grave negligencia fruto de la dejadez pese al conocimiento de los riesgo enormemente graves para la salud de un pequeño de 4 años.
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