El Consejo de la Defensoría de Infancia y Adolescencia participa en la Consulta Mundial con Niños, Niñas y Adolescentes sobre el Desarrollo Sostenible y los Derechos Económicos, Sociales y Culturales
El pasado 6 de abril, el consejo de participación de la Defensoría de la Infancia y Adolescencia acudió a la consulta mundial que se celebró sobre el Desarrollo Sostenible y los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en concreto, sobre el cambio climático y como este afecta directamente al bienestar de los niños y niñas que se quedan sin agua, saneamiento y otros recursos fundamentales para tener una vida de calidad.
Al término de esta consulta los niños, niñas y adolescentes concluyeron con que el problema medioambiental no es un problema futuro, sino presente y además de educar a las futuras generaciones, los niños, niñas y adolescentes deberían enseñar a los adultos y viceversa. “Debemos aprender todos de todos”, coincidieron los participantes.
Este encuentro mundial cuenta con la participación del consejo de participación de la Defensoría de la Infancia y Adolescencia, formado por un representante menor de edad por cada provincia andaluza.
En el caso de esta consulta mundial, los 8 representantes andaluces compartieron un intercambio de experiencias con personas indígenas, madres adolescentes e invidentes que contaron la desigualdad de oportunidades que existe en sus casos. Durante la reunión se abordaron cuestiones como la identidad propia, la falta de educación respecto a la sexualidad, la falta de recursos y marginación de grupos sociales, de medicamentos para el cuidado de niños y niñas y de la importancia de la educación en la no discriminación.
Al finalizar el encuentro, se acordaron recomendaciones como; la necesidad de nuevas leyes para acabar con la desigualdad; la importante de educar en temas ambientales y contar con políticas públicas que prioricen estos temas así como poner el énfasis en desarrollar medidas de participación. De hecho, en el marco de estos acuerdos también se puso en evidencia que dicha participación “debe partir de los Estados, pero que también nosotros como individuos debemos poner de nuestra parte porque todos hacemos daño a la Tierra en mayor o menor medida”.
De ahí la importancia de enseñar desde pequeños sobre el problema climático para que las nuevas generaciones sean más cuidadosas o repongan lo que se destruye y educar a los adultos, porque los jóvenes actuales ya conocen la situación y saben tratarlo dado que lo están viviendo actualmente.
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