El Defensor del Pueblo andaluz, Jesús Maeztu, ha alentado hoy a la sociedad a la acogida “consciente y comprometida” de los menores extranjeros no acompañados, “frente a la amenaza de los debates que asocian a estos niños y niñas a la delincuencia, los privilegios frente a los que ya están aquí, los discursos xenófobos o la criminalización de este fenómeno, que sin duda oscurece la inmensa contribución de esta generación migrante a la sociedad”.
En la inauguración en Sevilla de las 34 Jornadas de Coordinación de los Defensores del Pueblo, organizadas por el Defensor del Pueblo andaluz, Jesús Maeztu ha señalado que al igual que el cambio climático, los movimientos masivos de personas vulnerables en búsqueda de mayores y mejores oportunidades van a continuar, y que en este fenómeno los niños y niñas “se han convertido en un nuevo actor migratorio, y va a ir a más”. “Por eso la pregunta no es si se debe acoger, sino cómo. Eso es lo urgente”.
En esta inauguración, junto al Defensor del Pueblo de España en funciones, Francisco Fernández Marugán, y la presidenta del Parlamento andaluz, Marta Bosquet, Jesús Maeztu, ha señalado que “nos jugamos muchos” en esta acogida y que se debe entender que “no es una carga, es un beneficio a la sociedad”. “La migración de los pobres es tan antigua como la humanidad y pone a prueba nuestro sentido de la justicia; no debemos abordarlo como un problema, sino como una oportunidad para recuperar nuestra identidad”, ha señalado Jesús Maeztu, para quien los menores extranjeros tienen el “derecho a ser tratados con hospitalidad y no a rechazarlos con hostilidad”.
El Defensor del Pueblo andaluz ha destacado “lo contradictorio de la situación, porque los mismos países que abogan por la supresión de fronteras y el libre tránsito como premisas sobre las que construir ese mundo globalizado, supuestamente mejor y más justo, son a la vez los primeros en demandar el cierre de fronteras y las restricciones al libre tránsito, cuando estas premisas se aplican, no a las mercancías, sino a las personas”.
“Sin embargo, muchos de estos países, a la hora de afrontar este fenómeno, parece como si sólo fueran capaces de vislumbrar al inmigrante que pretende participar de sus riquezas y su bienestar. O ponen el foco de atención en el importante volumen de recursos que detraen de los Sistemas de protección. Mientras, un velo les oculta al niño que demanda su amparo y protección. Quizás sea por ello que la legislación que se pretende aplicar a estos menores sea con preferencia la de extranjería y no la de protección de menores”, ha afirmado Jesús Maeztu.
El Defensor del Pueblo andaluz ha concluido que “un niño nunca es un inmigrante. Un niño es una persona que por su situación tiene derecho a una especial protección y tutela de los poderes públicos. A un niño no se puede ni se debe añadir apellidos como inmigrante o refugiado. Su estatuto jurídico debe ser siempre y, en todos los casos, el de menor de edad por encima del estatuto de persona extranjera”.
El Defensor del Pueblo de España, Francisco Fernández Marugán, ha expresado por su parte que este fenómeno no es solo español, pero dentro del país está localizado en una parte del territorio, no en la parte occidental sino más en el lado mediterráneo, y ha señalado que España ha resuelto este fenómeno “razonablemente bien”. El Defensor también ha elogiado el esfuerzo de la sensibilización por parte de las administraciones, y ha llamado a intentar comprender por qué cada año siguen llegando niños, a lo que los Defensores van a poner toda su atención.
A la inauguración han asistido, además, la Valedora del Pueblo gallego, Dolores Fernández Galiño; Diputado del Común de Canarias, Rafael Yanes; Ararteko del País Vasco, Manuel Lezertúa; Justicia de Aragón, Ángel Dolado; Síndic de la Comunidad Valenciana en funciones, Ángel Luna; Procurador del Común de Castilla y León, Tomás Quintana y Defensor del Pueblo de Navarra, Javier Echéniz, entre otras autoridades.
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